Desde RECCREA nos sumamos a la denuncia del acuerdo firmado entre la UE y Turquía el pasado 7 de marzo, supuestamente para “reforzar su cooperación en la crisis migratoria y de refugiados y que supone, entre otras cosas, la expulsión de personas necesitadas de protección a Turquía, un país que, a todas luces, vulnera los Derechos Humanos. Este acuerdo infringe la propia normativa europea y los tratados internacionales, permitiendo las expulsiones colectivas que atentan contra la naturaleza misma de la protección internacional e impiden la identificación de perfiles de vulnerabilidad. Por ello y porque los Derechos Humanos no se negocian compartimos y nos adscribimos al siguiente manifiesto, junto a otros colectivos y personas de la sociedad civil organizada.
Los
derechos humanos no se negocian.
No al acuerdo UE-Turquía
Una
iniciativa ciudadana convoca una concentración hoy, viernes 11 de marzo de
2016, a las 19h en la Puerta del Sol para denunciar el acuerdo entre la Unión
Europea y Turquía.
Tras
la cumbre mantenida entre la Unión Europea y Turquía el pasado 7 de marzo,
supuestamente para “reforzar su cooperación en la crisis migratoria y de
refugiados”, y tras el preacuerdo firmado entre ambos, los colectivos y
personas que apoyamos esta convocatoria a través de queremos denunciar dicho
acuerdo que supone, entre otras cosas, la expulsión de personas necesitadas de
protección a Turquía, un país que, a todas luces, vulnera los Derechos Humanos.
Este acuerdo infringe la propia normativa europea y los tratados
internacionales, permitiendo las expulsiones colectivas que atentan contra la
naturaleza misma de la proteccion internacional e impiden la identificación de
perfiles de vulnerabilidad. Implica además convertir al Estado turco en la
policía de Europa, y en un gran campo de personas refugiadas a las puertas de
los propios países europeos, como se ha venido haciendo tradicionalmente con
Marruecos. Y todo ello a cambio de suculentas cifras de dinero y otras
prebendas, como en este caso volver a abrir el proceso de diálogo que permita
la entrada de Turquía en el club europeo. La externalización del control de
fronteras a terceros países y el negocio que ello supone, cuando además la
contraprestación es ignorar las vulneraciones de derechos humanos y dejar hacer
el trabajo sucio, resulta intolerable.
Se
ha demostrado una y otra vez que el cierre de las fronteras no solo no impide
el paso a la gente, sino que es causa directa de las muertes y desapariciones
en el Mediterráneo y alimenta a las mafias, aumentando el riesgo y la
vulnerabilidad, especialmente de los y las niñas y las mujeres, así como las
situaciones de violencia sexual a las que estas se ven sometidas.
No
es posible olvidar que Turquía comete graves violaciones de los derechos
fundamentales en su propio territorio y de ninguna manera puede ser considerado
un país seguro para las personas, por lo que en cumplimiento estricto del
principio de no devolución, no se pueden expulsar personas a este país.
La
Unión Europea y los Estados que la integran son responsables de haber sido
incapaces de articular vías seguras para las personas refugiadas y migrantes.
De carecer de la voluntad política necesaria para la protección de las personas
migrantes y refugiadas. De permitir que los países de la zona, miembros de la
UE, cerraran la denominada ruta de los Balcanes. De no haber cumplido el
compromiso de reasentamiento y reubicación adquirido. De acordar la expulsión
de personas como supuesta solución al drama y sufrimiento de quienes han sido
desplazadas de manera forzada, en lugar de brindarles la protección
internacional a la que estos Estados están obligados.
Asistimos
en Europa a un nuevo episodio de vergüenza, que la histora juzgará, donde se
está mercadeando con las persona. Donde el uso de derechos y vidas humanas como
moneda de cambio en favor de intereses económicos y estratégicos se hace ley.
Todas estas vulneraciones de los derechos
humanos, contrarias a la voluntad de los pueblos de Europa, contradicen los
valores fundacionales supuestamente democráticos de la Unión Europea. Por ello,
la sociedad civil organizada denunciamos y rechazamos este acuerdo vergonzoso y
exigimos:
- La suspensión de
la firma y de la aplicación de acuerdos de retorno y readmisión con países que
no respetan los Derechos Humanos, así como de acuerdos que supongan la
externalización de fronteras.
- Vías legales y
seguras: visados humanitarios, reasentamiento y acceso diplomático al asilo en
países de origen y tránsito.
- El cumplimiento
de los compromisos de reubicación y reasentamiento que el Estado español ha
adquirido.
- El cumplimiento
sin fisuras por parte de todos los estados miembros de la Unión Europea de su
deber de protección internacional.
- El fin inmediato
de las expulsiones y las devoluciones en caliente en el marco de este acuerdo y
de cualquier otro.
- El compromiso de
los gobiernos europeos en la resolución de conflictos de forma pacífica asi
como en el control del comercio de armas a países en los que se violan los
Derechos Humanos.
- Poner fin a los
discursos, medidas y actitudes denigrantes, racistas y xenófobas contra las
personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes garantizándoles un trato
digno y justo.
En
suma, que los derechos humanos no se negocian, las personas no se mercadean
No
al acuerdo UE-Turquía
#UEmata #VergüenzaEuropea